Malena Villarino, a los 15 años, realizó el primer cortometraje El juego prohibido como codirectora en el Centro Cultural Rojas. Durante su adolescencia formó parte del movimiento artístico Etc, realizando cortometrajes experimentales vinculados al movimiento surrealista latinoamericano. En 2002 se trasladó a Francia y trabajó como asistente de dirección de Arthur Cemin, en diversos documentales sobre el éxodo gitano. (CANAL + FRANCE) Regresa a Argentina y hace su debut cinematográfico titulado Cerca nadie es normal, largometraje documental sobre la locura en un hospital neuropsiquiátrico en medio de un campo vs locura de la sociedad y los medios de comunicación, con el apoyo de INCAA. En 2018 se dedica a la creación de diversas bandas sonoras y videoclips, entre ellos el mas destacado y premiado Ne me quitte pas del tema de Jaques Brel. Recientemente ha terminado su 2do largometraje documental. /Apoyo Incaa) Nuestra Venganza es ser felices, donde se relata la vida de Sonia Sánchez, su transformación de prostituta a escritora abolicionista. Actualmente se encuentra desarrollando su primer largometraje de ficción Fango sobre la explotación de la tierra y los humedales.